La primera temporada tenía bestias aladas, rubios platinos y traiciones en palacio, pero también un rey, por lo que no había ni baile ni juego de tronos. Era y no era. En la nueva entrega de 'La casa del dragón', bautizada con sangre de inocentes, hay reyes sin legitimidad y una lucha sin cuartel por el sitial de hierro. La serie, que regresa a Max el 17 de junio, avanza mirando a sus orígenes, zambulléndose en las esencias que hicieron de la ficción matriz un fenómeno único. Mira a la violencia a la cara. Las emociones se recrudecen, se afilan los colmillos y las espadas. Suenan tambores de guerra; el tapiz de Poniente se tiñe de rojo y todos miran al cielo: empieza, por fin, la danza de dragones .Las puertas de Desembarco del Rey se abren a los vientos de cambio. Hay duelo, rabia, venganza, pasión. 'La casa del dragón', como 'Juego de tronos', no es solo una aventura medieval y fantástica, es una historia de las más bajas pasiones humanas. «La gente viene por los dragones pero se queda por los personajes», concede a ABC, desde París, Ewan Mitchell , ya sin el parche de Aemond Targaryen y capaz, ahora sí, de ver más allá de la ira que consume al polvorín del bando de los verdes. «Es la arrogancia humana. La guerra magnifica los sentimientos y saca lo peor de todos. Es, lamentablemente, el mundo en el que vivimos. Sería genial que la gente no quisiera ver más estas historias, significaría que no se reconocen en ellas. Pero no es así. Es como una especie de maldición, nos atraen estas historias porque algo de nosotros resuena en ellas», explica, susurrando como Lord Larys Strong, Matthew Needham , el urdidor de todas las intrigas en las sombras. Imágenes de la segunda temporada de 'La casa del dragón' Max«Necesitamos el gore, necesitamos el sexo, necesitamos la violencia. Es lo que hace que 'La casa del dragón' sea 'La casa del dragón'», asegura Harry Collett , el delfín del bando de los negros, un joven obligado a convertirse en hombre por los trágicos acontecimientos del final de la primera temporada. «No es solo televisión, es HBO. Cada episodio es tan grande como cualquier película», sentencia Mitchell, aludiendo a la esencia de la ficción, inmune al cambio de nombre de la plataforma. Una de las claves del éxito de 'La casa del dragón' es, precisamente, su manejo de elementos reconocibles de 'Juego de tronos'. No está Khaleesi pero hay otra Madre de Dragones; los bastardos no se apellidan Nieve ni tienen lobos huargos, pero el color del pelo los delata. Ya no hay tres dragones; ahora se cuentan a puñados. La precuela actúa como espejo de la serie original. Se sangra, se llora, se suda. Se ama. Y todo, como en la vida, tiene consecuencias. Noticia Relacionada estandar No El 'Juego de tronos' que cambió las reglas de las series para siempre Lucía M. Cabanelas«Los humanos, por naturaleza, son violentos. Es el mundo que retrató George R.R. Martin cuando escribió los libros. 'Juego de tronos' lo hizo tan bien… Martin es historiador, se basó en la realidad, en verdaderas batallas históricas que sacudieron el mundo», empieza a decir Fabien Frankel , escolta primero de la reina negra y luego de la reina verde, un guardia movido más por el corazón que por la espada. Para la inminente guerra civil, parece haber elegido bando. «La historia es la verdad», le interrumpe Olivia Cooke , con la que comparte la misma química que con Alicent Hightower . «La triste verdad. La verdad de la historia», continúa él. «La verdad de la sangre», completa la actriz.Con las cartas sobre la mesa, la ficción basada en la obra de George R.R. Martin abre el mapa y echa a volar. Al este, con los Baratheon; al norte, donde los Stark , custodios de los Siete Reinos en un muro que ni los dragones osan atravesar, contienen a «la muerte». Persisten, porque está en su ADN, las conspiraciones, y las lealtades siguen constantemente a prueba, como el heredero del trono. Calienta la silla Aegon 'el Magnánimo', porque así lo susurró, según la Reina consorte, el monarca Viserys antes de expirar su último aliento. Pero en Rocadragón , herida en las entrañas, aguarda con una legión de fieles su hermanastra Rhaenyra Targaryen , para muchos la heredera legítima del trono de hierro y tan letal ahora como el temible Vhagar .No hay paz posible cuando ambos bandos bajan al barro. Con las manos manchadas y la inocencia usurpada como el trono, solo hay un final posible en 'La casa del dragón' : vivir o morir, por colmillo o por espada. Las expectativas son máximas, para los fans, para los dos bandos. «Se dice que los diamantes se hacen bajo presión. Puedes sentirte intimidado o aceptarlo», dice Ewan Mitchell sobre el desafío. El de llegar después de un fenómeno como 'Juego de tronos', el de desencadenar una guerra civil por venganza. Aquí, quien sobrevive, lo hace forjado a sangre y fuego.