«Espero ser recordado como alguien que se divertía y lo daba todo para ganar». A Sergio Rodríguez le costó contener las lágrimas al pronunciar estas palabras. El legado que quiere que perdure de su trayectoria como jugador de baloncesto. El canario, 38 años, se ha despedido este miércoles de su deporte en un emotivo acto institucional en la Ciudad Real Madrid. El Chacho ha estado acompañado por su familia y por muchas de las personas que han sido importantes en su carrera. De todos ellos se ha acordado en su discurso, en el que ha repasado su excelente trayectoria antes de posar junto a los 17 títulos que conquistó con la camiseta del Real Madrid: 5 Supercopas, 5 Copas del Rey, 4 Ligas, 2 Euroligas y una Intercontinental.Noticia Relacionada Baloncesto estandar No España sigue llena de dudas antes del preolímpico Javier Asprón La selección muestra falta de rodaje y cae ante Italia en la prórroga en su primer amistoso de preparación«Hoy me despido de aquello que amo profundamente, ser jugador de baloncesto. Gracias al Real Madrid por darme la oportunidad de hacerlo desde un escenario único», comenzó el tinerfeño después de la emisión de un vídeo que recogía sus mejores canastas como madridista. «Este es el club que más me ha marcado como deportista y como persona, el lugar donde me he sentido más identificado. He vivido dos etapas increíbles aquí. He crecido y madurado en este club que me ha permitido llegar a mi máximo nivel». Rodríguez se acordó, especialmente, de sus dos entrenadores en el conjunto blanco, Pablo Laso y Chus Mateo, y de tres de sus históricos compañeros: Felipe Reyes, Rudy Fernández y Sergio Llull, todos ellos presentes en el homenaje. «Competir a vuestro lado me dio seguridad para afrontar la máxima exigencia de este club».En primera fila, emocionada, estaba Ana la mujer del Chacho, acompañada de los cuatro hijos de la pareja. También hubo palabras para ellos: «Ana, nos conocimos casi siendo unos niños, hemos recorrido el mundo, hemos vivido en cuatro países y hemos disfrutado. Sin ti nada de esto hubiese sido posible. Mis hijos se habrán preguntado todos estos años por mis ausencias. Os prometo hijos que me tendréis más tiempo en casa a partir de ahora y podremos hacer muchas cosas juntos. Espero que encontréis alguna pasión como la que yo he hallé en el baloncesto».Hubo tiempo también para repasar toda su andadura, que comenzó siendo bien pequeño en su Tenerife natal. Allí descubrió su «conexión con el baloncesto». «Aquellas emociones de niño, aquellas sensaciones de diversión y disfrute de entonces han seguido intactas hasta el último día», reconoció.Luego llegó la llamada Centros de Formación Siglo XXI, que lo llevó a la Península con solo 14 años, una decisión arriesgada que salió bien. «Después de 24 años, sé que fue clave». Después llegó la oferta del Estudiantes donde, asegura, se «empapó» del amor por el baloncesto del Colegio Ramiro de Maeztu.Fue el preludio de otro sueño hecho realidad, su marcha a la NBA. Rodríguez dijo sentirse afortunado por haber pertenecido a cuatro franquicias que le permitieron «jugar con y contra los mejores». Cada partido lo sentía como estar viviendo un sueño. CSKA, Olimpia Milán y de nuevo Real Madrid fueron las últimas etapas de este viaje en el que también brilló con la selección española: 154 partidos, un oro mundial en 2006, una plata olímpica en Londres, un bronce olímpico en Río y cuatro medallas continentales dan aún más lustre a su palmarés. «Gracias a la FEB por haberme hecho formar parte de una generación histórica».«Todos hemos disfrutado de tu talento y magia «, le reconoció Florentino Pérez durante el acto. «Ha sido un gran honor contar con un jugador como tú, más allá de los títulos, nos quedaremos para siempre con tu forma de ser y tu cariño. Nunca olvidaremos esa maestría en la dirección del juego y ese carácter ganador, propio de algunos elegidos».