Navidades de cine español: la Nochebuena inmortalizada por el celuloide

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Llega la Nochebuena a las viviendas españolas recién visitadas por la dana y otros desastres emocionales, de manera presencial o a través del telediario, pero en las calles de toda España resuenan alborotadoras las bullangas de estas fechas, que lo hacen desde tiempo inmemorial y que ha inmortalizado el buen cine español. Así que la algazara mágica de la Navidad o las Navidades nos ha regalado y dejado en los zapatos o a los pies del árbol un puñado de títulos sacratísimos, imaginativos y tan alegres como sus cineastas –Bardem, Berlanga, Elorrieta, Forqué, Fernán Gómez…– pudieron imaginar, ejerciendo de niños por un tiempo, tratando de rememorar las tradiciones que tanto nos gustan y explicar sus misterios y secretos con cintas memorables y algunas muy desconocidos.Noticia Relacionada LAPISABIEN opinion Si El 'Forqué' de Garci Jesús Nieto Jurado Cuando en las peluquerías de Princesa los hombres íbamos como a la Academia de Platón a hablar de fútbol, de boxeoBardem y Berlanga: la cara B de la Navidad de la posguerraEl animalismo no es un invento nuevo. En 1954 el gran Juan Antonio Bardem se atrevió a abrir el melón del sacrificio del cordero en Navidad en 'Felices Pascuas' (1954), una película desconocida que, además, entra de lleno en el impacto sociológico de la Lotería de la Navidad, con un impresionante sorteo en directo retransmitido por el gran Matías Prats (padre) . La escena de la lotería de Navidad de aquella España inmortal sigue impresionando, porque hubo momentos en que, con el grande estrépito de los bombos y la voz cantarina de los niños de San Ildefonso, parecía que retemblaba todo el país.Sin duda que Berlanga quiso situar a los españoles ante el dilema que planteaba la campaña de Cáritas, dejando un mensaje trufado de una crítica deliciosa en el villancico final para que los españoles, como dicen ahora, le echasen una «pensada»: «porque en esta tierra ya no hay caridad, ni nunca la habido, ni nunca la habrá». Una auténtica bomba de relojería coescrita por el cineasta, Rafael Azcona, José Luis Colina y José Luis Font, en la que destaca el ya inmortal mensaje solidario de la campaña –«siente un pobre a su mesa»– inspirado en un lema real, con la legión de pobres de solemnidad del asilo diocesano entrando en las casas de las familias más burguesas de aquella España de la escasez, y destacando siempre la visión humorística que bebe del esperpento de Valle-Inclán. La película se rodó en Manresa y fue un rodaje endemoniado por los muchos planos secuencia que rodó el genial BerlangaLos Reyes Magos en carne mortal: de la Gran Vía al Bernabéu ¿Cómo pudo Concha Velasco coincidir con los Reyes Magos en carne mortal en el estadio del Santiago Bernabéu? ¿Era posible que sus majestades viajasen a Madrid? Sí, sin duda lo fue, especialmente en este título con tanta belleza y una puesta en escena tan mística en medio de la gran ciudad, que Mensajeros de paz pasó al olvido siendo uno de los títulos más memorables asociados a estas fechas. Se inspira en el mítico 'De ilusión también se vive' (1947), donde los almacenes Macy's de Nueva York contratan al mismísimo Papá Noel. La impresionante introducción con mensaje al que añaden el documento histórico de la época, que lleva la rúbrica de Elorrieta y del guionista José Manuel Iglesias, nos muestra cómo se vivía el bullicio navideño en los años cincuenta. Inolvidables resultan también Félix Dafauce, Rafael Luis Calvo y Antonio Almorós como Sus Majestades de Oriente paseándose por jugueterías y grandes avenidas haciendo su magia sin que nadie se percate de quiénes son en realidad.Y cuando Galerías Preciados creó las campañas navideñas y las familias iban a comprar figuritas y adornos a la plaza Mayor, después se dirigían a la calle Preciados a por otras piezas más modernas… y viceversa. La tradición del Belén y de los Reyes Magos, con Críspulo (Pedro Mari Sánchez) pidiéndole al rey Melchor (Jorge Rigaud) en la plaza de Callao que vuelva Chencho, traspasa la gran pantalla para formar parte del imaginario colectivo español, gracias al guion prodigioso de Pedro Masó, Fernando Palacios, Rafael J. Salvia y Antonio Vich. El fundador y presidente de Galerías Preciados Pepín Fernández adaptó a España el modelo de las campañas navideñas de los almacenes El Encanto de La Habana, y Fernández en persona supervisaba nota los fines de semana el escaparatismo navideño, tomando nota incluso de las conversaciones de los niños frente a los juguetes, en los escaparates del Carmen y de Preciados. La Plaza Mayor y sus calles adyacentes con sus afanes infantiles de fantasía y figuritas, la propia magia del cine, la fotografía de Juan Mariné y la música de Adolfo Waitzman hicieron el resto. Asesinos de reemplazo navideñoEl maestro José María Forqué es uno de los primeros en atreverse a introducir la variante del misterio criminal en las Navidades desde que Charles Dickens creó los tres fantasmas para atormentar a Scrooge, y lo hace de una manera elegantísima y cómica de la mano de la comedia de Alfonso Paso Usted puede ser un asesino (comedia negra estrenada en 1958) y unos inmensos José Luis López Vázquez y Alberto Closas, esta vez haciendo de las suyas en París, a la espera de unas señoritas con las que celebrar la abundancia de las fiestas. Celebración de Navidades a la española y ocultación de un cadáver para este título mítico de nuestro cine, con un guion excelentemente adaptado por el propio Forqué, Vicente Coello y, de nuevo, Antonio Vich, quien le añadió la impronta navideña a toda la trama.También basada en la obra homónima de Alfonso Paso, 'Los palomos', estrenada en el Teatro de la Comedia en enero de 1964 y llevada al cine a renglón seguido con su hilarante pareja protagonista, gira en torno a las famosas cenas de empresa, que antes solían tener lugar en la casa del señor director, un acto a caballo entre la generosidad, la ostentación y hasta la conmiseración por los pobres empleados. Con unos sensacionales López Vázquez y Gracita Morales a los que acompañan Fernando Rey y Mabel Karr, la película, dirigida por Fernando Fernán Gómez con un pulso narrativo envidiable, nos adentra en una noche fría de Navidad, cuando el jefe propone al joven matrimonio jugar al crimen perfecto en su lujoso chalet de las afueras de Madrid, un juego que se les va de las manos.Millones en la basura de los 'felices' años sesentaDe nuevo Forqué, junto a los más navideños de nuestros guionistas –Vicente Coello y Antonio Vich–, plantea al público un dilema moral: un barrendero que sobrevive junto a su mujer en el Madrid de la posguerra se encuentra con un millón en un cubo de la basura; la escena en la tienda de ultramarinos de los años sesenta y el repertorio de lo que pedían por estas fechas los españoles es impagable, especialmente si lo escuchamos de labios de López Vázquez: «cuarto de queso de bola, un cuarto de manchego pero bien curadito, otro cuarto de salchichón, cuarto de jamón de York en lonchas muy finitas –ya sabes, para que cunda– y medio quilo de mantecadas», a lo que el incrédulo tendero le contesta «¿Y no quieres choricito de Cantimpalos y cabeza de jabalí?».'Un millón en la basura' es nuestro '¡Qué bello es vivir!' (1946), con una joven pareja que tiene toda la vida por delante a punto de ser desahuciada por el casero debido al impago y la miseria salarial, un escenario que culmina en una impresionante secuencia solidaria donde todos los compañeros de los servicios de limpieza del consistorio, incluyendo a Juanjo Menéndez y José Sacristán, aportan unas pesetas para que los improvisados morosos no celebren la Nochebuena debajo del viaducto.La Navidad según José Luis GarciY, por último, el gran José Luis Garci nos dejó en 'El crack dos' (1983) uno de los retratos más fascinantes de las Navidades españolas de los años ochenta, con su mirada diferente de cronista y tan personalísima a la hora documentar cómo las gentes sintonizaban Antena 3 Radio, por ejemplo, o cualquier otra emisora de entonces, mientras escuchaban la voz del mítico Manuel Martín Ferrand anunciando el gran programa 'Especial Navidad' a ritmo de los coros del 'White Christmas' de Frank Sinatra: la célebre secuencia de Germán Areta (Alfredo Landa) al volante de su Renault 18 de color rojo atravesando el centro de Madrid con la mirada perdida y nostálgica en el parabrisas, es de antología y traslada a la perfección la soledad de quienes pasan solos las fiestas sin que nadie hable de ellos. Garci filmó así uno de los momentos más melancólicos y poéticos de esa soledad navideña y, por eso, desde entonces sabemos qué grande es el cine. Porque, como reza la película de Garci y Horacio Valcárcel, no hace falta ser creyente para entender que esta noche, la Nochebuena, es la noche más importante del año.
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