Milán , la capital mundial de la moda y del diseño, donde la modernidad dialoga con la historia, está realizando una revolución silenciosa contra el tabaco. A partir de hoy, no se podrá fumar en espacios públicos al aire libre. La prohibición del Ayuntamiento de la capital lombarda es muy tajante: cualquiera que encienda un cigarrillo en calles, plazas o parques a menos de diez metros de otra persona se arriesgará a recibir una multa de entre 40 y 240 euros. Milán, como otras muchas ciudades italianas, ha vivido una relación simbiótica entre el tabaco y la cotidianidad. Fumar, ya fuera en las terrazas de los bares, en los bancos de los parques o en cualquier lugar público, no solo era una práctica, sino un ritual. Ahora el Ayuntamiento impulsa una enérgica normativa contra el tabaquismo al aire libre para favorecer la salud y reducir el humo del tabaco , responsable del 7 % de las emisiones de polvo fino, formado por una mezcla compleja de partículas sólidas y líquidas, según datos de Arpa Lombardía. Se espera que la prohibición también tenga un efecto positivo en la reducción de residuos relacionados con el tabaco, como las colillas, que representan una parte significativa de la basura urbana y pueden tardar años en descomponerse, contaminando el suelo y las vías fluviales.Noticias relacionadas estandar No Bélgica se convierte en el primer país de la Unión Europea en prohibir los váper de un solo uso ABC estandar No Baja un 10% el consumo de tabaco en Andalucía pero aumenta el de cachimbas y vapeadores ABC de SevillaEn Italia, la mayoría de los adultos de entre 18 y 69 años no fuman (59 %) o han dejado de fumar (17 %), pero uno de cada cuatro italianos es fumador (24 %), según datos del Instituto Nacional de Estadística (ISTAT). Sin embargo, este porcentaje va creciendo entre los jóvenes, de los cuales el 30,2 % utiliza el cigarrillo tradicional, tabaco calentado o cigarrillo electrónico. Según datos del ISTAT, más de 70.000 muertes prematuras anuales en el país transalpino están relacionadas con la exposición a contaminantes atmosféricos, y el tabaquismo pasivo sigue siendo una amenaza significativa.No afecta a los electrónicosLa prohibición sólo afecta a los productos del tabaco, mientras que se permite el uso de cigarrillos electrónicos. «El objetivo de la normativa es ante todo una acción de sensibilización de la población, con el objetivo de dar un vuelco en estilos de vida que sabemos que son perjudiciales para la salud de todas las personas, no sólo de los fumadores», explica la asesora de Medio Ambiente y Ecología, Elena Grandi . «Estamos hablando –añade– de una disposición que pretende ser una acción concreta de la que todos pueden beneficiarse, tanto en términos de salud personal como de bienestar general. El comportamiento de los individuos puede marcar la diferencia y contribuir a la mejora de la calidad del aire en nuestra ciudad, por lo que, como fumadora, seré la primera en cambiar mis hábitos: soy consciente de que hacer cumplir esta disposición no será sencillo ni inmediato, pero también estoy convencida de que será una herramienta para iniciar un verdadero cambio cultural», aseguró Grandi.División de opinionesLa medida del Ayuntamiento milanés ha resonado en cada rincón de la ciudad, generando división de opiniones entre la ciudadanía y los comerciantes locales. Algunos consideran que contribuirá significativamente a la mejora de la calidad del aire y la salud pública , mientras que otros la perciben como una restricción excesiva que podría afectar la vida social y la economía local, especialmente en sectores como la hostelería.En general, abundan las opiniones favorables a la prohibición, según los testimonios recogidos por los medios italianos. Así, Luisa Ferri, madre de dos niños pequeños, aplaude la iniciativa: «Por fin puedo llevar a mis hijos al parque sin preocuparme de que estén inhalando humo o recogiendo colillas del suelo». En cambio, algunos fumadores se lamentan y hasta cierto punto se sienten casi estigmatizados. Massimo Ricci, un fumador habitual, ha comentado: «Entiendo que el aire limpio es importante, pero también tengo derecho a disfrutar de mi cigarrillo. Estamos al aire libre, ¿dónde se supone que debo ir ahora?». Para muchos, la medida representa un ataque a su libertad personal y a una tradición cultural que asocia el cigarrillo con momentos de ocio y reflexión.Emisiones ceroCabe recordar que en 2021 ya se implementó una normativa contra el tabaquismo en Milán. Aquella regulación marcaba el inicio de restricciones al fumar en espacios al aire libre, pero solo se aplicaba a áreas específicas como paradas de transporte público y zonas cercanas a centros educativos o infantiles. También incentivaba el uso de cigarrillos electrónicos como alternativa menos perjudicial. Ahora, la rígida normativa que se enmarca en el Plan Clima Aire del Ayuntamiento milanés representa un endurecimiento muy significativo para proteger la salud pública y reducir la contaminación ambiental de manera más efectiva, con un objetivo concreto: alcanzar las emisiones cero en 2050 y reducirlas un 45 % en 2030. El Ayuntamiento de Milán ha señalado que, aunque la aplicación de la normativa puede presentar desafíos, confía en que servirá como una herramienta para iniciar un cambio cultural en torno al tabaquismo y la protección del medio ambiente. El alcalde milanés, Giuseppe Sala, defendió la medida como un paso hacia una ciudad más habitable: «No se trata solo de combatir la contaminación, sino de enviar un mensaje contundente: queremos un aire limpio, un futuro sostenible y espacios públicos donde todos puedan respirar sin temor a dañar su salud».En definitiva, la prohibición de fumar en espacios públicos al aire libre en Milán es una medida ambiciosa cuyo objetivo último es promover un cambio cultural respecto al consumo de tabaco en la ciudad. Milán, la capital económica de Italia, confía en marcar una tendencia que paulatinamente se extienda también al resto de Italia. Así lo cree el doctor Paolo Conti , neumólogo del Hospital Niguarda: «Milán está liderando el camino en Italia, al reconocer que la calidad del aire no solo depende de las grandes fuentes de contaminación industrial, sino también de los pequeños actos cotidianos que afectan nuestro entorno». La prohibición de fumar en espacios públicos no es una idea exclusiva de Milán. Ciudades como Tokio y Nueva York han implementado medidas similares con resultados mixtos. Lo que distingue a Milán es su enfoque integral, que busca abordar el problema desde una perspectiva ambiental y sanitaria.