Cuando Michael Sheen decidió crear 'The Way' hace más de diez años no pensaba que las cosas en Gales estarían tal y como están ahora, es decir, con el mismo escenario que plantea su serie de ciencia ficción. La serie de la BBC, que se estrena hoy en Filmin , cuenta la historia de una familia que vive en Port Talbot, en el sur de Gales, pero que se ve obligada a huir de allí tras ser culpada de provocar disturbios civiles. Estos altercados se ven alimentados además por la muerte de un joven trabajador siderúrgico que cayó en acero fundido y la de su padre, que se suicida destruido por el dolor y la ira. La multinacional donde trabajaba el joven no da una respuesta adecuada y se culpa a la familia de las malas condiciones laborales de la empresa.Noticia Relacionada estandar No Acusan a la BBC de plagiar la serie española 'El ministerio del tiempo' Ivannia Salazar «RTVE solicitará a BBC las explicaciones oportunas sobre el anuncio que realizó ayer sin perjuicio de los derechos que le asisten en defensa de sus intereses»Los disturbios, la fuerza de la clase trabajadora y la espiral de violencia que se genera en las calles son los principales escenarios de los tres capítulos de 'The Way', que alterna escenas grabadas con imágenes reales que se emitieron por televisión hace unos años. « Port Talbot es una ciudad marcada por los disturbios del pasado », explica Sheen sobre su ciudad natal, una siderúrgica del siglo XX convertida ahora en una superviviente posindustrial. «Tiene el espíritu rebelde en su ADN. Toda la fuerza de la ciudad es como un gigante durmiente». El director regresa a sus raíces para mostrar las particularidades de esa sociedad. «Es un reflejo de lo que ha sido vivir en nuestra cultura durante los últimos 10 años, en los que nunca sabías si estabas en una sitcom o en una película de terror. Lo absurda que puede llegar a ser la realidad», añade. Hace una semana Port Talbot también salió a las calles para protestar violentamente contra Tata Steel, una fábrica de acero que anunció el cierre de dos hornos y el despido así de 2.800 habitantes. En ocasiones, la realidad supera la ficción.