El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este miércoles los datos sobre la inversión española en Investigación y Desarrollo (I+D) correspondiente a 2023. España destinó 22.379 millones de euros, un 16% más que en 2022. Este gasto representó el 1,49% del PIB, alcanzando máximos históricos tanto en términos absolutos como relativos en la serie estadística. Sin embargo, aunque el esfuerzo ha aumentado en los últimos años, sigue siendo insuficiente comparado con otros países desarrollados.Comparación internacionalA pesar del crecimiento registrado, España se encuentra rezagada en comparación con economías avanzadas. Según los últimos datos de la OCDE (2024), mientras España invierte el 1,49% de su PIB en I+D , otros países muestran porcentajes significativamente superiores: Francia (2,3%), Reino Unido (3%), Estados Unidos (3,6%), Finlandia (3,1%), Alemania (3,2%), Japón (3,4%), Suecia (3,5%) y Corea del Sur (5%). En promedio, los países de la OCDE destinan un 2,8% de su PIB, casi el doble que España.Incluso países emergentes como China (2,5%) y vecinos como Portugal (1,8%) superan la inversión española. Este desfase pone de manifiesto la urgencia de incrementar los esfuerzos nacionales para mantener la competitividad global.Mala distribución del gastoAdemás de ser modesto, el gasto español en I+D está mal distribuido. En 2023, las empresas realizaron solo el 56,4% de la inversión, mientras que las administraciones públicas aportaron el 43,6%. En economías como Alemania, Francia, Finlandia o Reino Unido, las empresas asumen más del 70% del gasto en I+D, superando incluso el 75% en países como Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Esta brecha se debe, en parte, a la estructura económica española, más enfocada en los servicios que en la industria manufacturera, que tradicionalmente destina más recursos a la investigación y desarrollo.¿Por qué hay países que gastan más en I+D que España? Porque tienen una estructura económica con un sector manufacturero mayor, lo que les permite dedicar un porcentaje más alto de su PIB a I+D. En España, sucede lo contrario. Tenemos una estructura económica más centrada en el sector servicios. Así, en 2023, las empresas del sector Servicios (programación, consultoría, informática, ingeniería, comercio) concentraron el 53,3% del gasto empresarial en I+D, mientras que solo el 45% se destinó a la Industria (vehículos de motor, farmacia, aeronáutica, bienes de equipo). La experiencia muestra que, para alcanzar un alto desarrollo, se necesita una base industrial robusta. La industria se percibe, así, como una señal de desarrollo. Además, la productividad suele ser mayor en este sector que en los servicios y la construcción. Desgraciadamente, el modelo económico de España se caracteriza por su baja productividad. Muy por debajo de la media de los 27 países de la Unión Europea.La mejora de la productividad: el informe DraguiEl necesario aumento de la productividad pasa por fomentar programas de I+D que se traduzcan en proyectos empresariales generadores de empleo a largo plazo. Según el informe Draghi, uno de los mayores retos para Europa, y especialmente para España, es reducir la burocracia que dificulta la ejecución de estos programas. Además, se destaca la importancia de apostar por áreas de innovación disruptiva como inteligencia artificial, biotecnología y semiconductores, donde Europa se encuentra muy retrasada frente a competidores como Estados Unidos y China.El informe también aboga por la creación de un mercado único europeo más flexible, que permita superar barreras regulatorias y fomente iniciativas paneuropeas en sectores estratégicos. Según el «Consenso Económico de PwC» (Cuarto Trimestre de 2024), un 82% de los expertos considera que las actuales normativas europeas son excesivamente rígidas, dificultando la competitividad de las empresas a nivel global. Por eso el camino a seguir es la creación de «campeones europeos» en sectores estratégicos como tecnología y telecomunicaciones, siguiendo el camino de Airbus, la holandesa ASML o la alemana SAP.ConclusiónSuperar los desafíos en materia de I+D e innovación es crucial para garantizar la competitividad global de España. Como señaló Mario Draghi: «Invertir en innovación no es solo una elección económica, sino una responsabilidad política para garantizar el bienestar futuro». Este cambio requerirá no solo un aumento en la inversión, sino también reformas estructurales que faciliten la colaboración entre el sector público y privado. Solo mediante un esfuerzo coordinado, España podrá posicionarse como un líder en innovación dentro del panorama europeo y global.