Natural de la localidad onubense de Hijonos y con 43 años, Enrique Mateos acaba de coger el testigo de Miguel Delibes al frente del Consejo de Participación de Doñana . Doctor en Ciencias Biológicas, cuenta una trayectoria de excelencia y es una figura destacada en el ámbito de la ecología funcional aplicada. La vinculación de su familia con el entorno de Doñana ha hecho que haya dedicado gran parte de su vida a investigar los ecosistemas de marisma y a estudiar cómo responden a factores ambientales. En 2008 recibió el Premio Extraordinario de Doctorado y desde 2020 ostenta la cátedra de Ecología del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla.—Acaba de ser nombrado presidente del Consejo de Participación de Doñana. ¿Cómo lo ha asumido?—Con mucho vértigo al principio pero también con mucho sentido de la responsabilidad por tomar el testigo de Miguel Delibes, un referente en la biología de la conservación. Estoy muy ilusionado por poder trabajar por mi tierra y por poder aportar algo a la sociedad.—¿Cómo valora la labor de Miguel Delibes al frente del Consejo de Participación de Doñana?— De matrícula de honor si nos vamos al marco académico. Miguel ha marcado un hito histórico. Es uno de los grandes artífices del Pacto por Doñana que firmaron el Gobierno central y la Junta de Andalucía en un momento, además, en el que Doñana estaba teniendo grandes problemas de regulación de sus recursos hídricos. Ha conseguido que dos administraciones competentes en el ámbito de la conservación y el desarrollo socioeconómico del espacio natural estén de acuerdo y hayan firmado un plan que desde mi punto de vista es muy ambicioso y complejo, pero creo que muy bueno y con medidas muy bien enfocadas para lo que se está buscando, que no es otra cosa que mejorar y preservar Doñana.—¿Cuáles van a ser sus prioridades en el Consejo?—Mi idea es seguir la línea marcada por Miguel Delibes, abrir y fomentar el diálogo y que todas las opiniones sean bienvenidas. Eso sí, quiero que el Consejo de Participación sea más permeable. Hay muchos sectores representados en este órgano. Aunque no tiene capacidad ejecutiva, sí percibo que la sociedad no es consciente de que esas personas pueden servirles de altavoz para aquellas ideas o proyectos que quieran desarrollar en el marco de la conservación de Doñana. Quiero crear un ámbito de trabajo abierto del que salgan ideas muy buenas y que el intercambio de dichas ideas sea más productivo . Un consejo tan diverso como el que tenemos es muy potente para el desarrollo de futuras iniciativas por parte de las distintas administraciones. —¿Tan crítica es la situación de Doñana, estamos a tiempo de revertir el deterioro que soporta?—La situación es preocupante, sobre todo si nos centramos en el aspecto global del ecosistema, ya que depende un recurso hídrico, el acuífero, y los datos son inquietantes. Llevamos más de una década de disminución de niveles y de aumento de temperatura. No obstante, creo que el ecosistema tiene una gran capacidad de recuperación en el momento en el que se empiecen a implementar las medidas del Acuerdo Marco por Doñana, como las de la diversificación de la agricultura. Soy muy optimista y estoy plenamente convencido de que Doñana se va a salvar. No podemos fallar.—El Pacto por Doñana es muy ambicioso. ¿Cree que se han establecido bien las prioridades y que se han hecho bien las cosas?—El acuerdo suscrito por el Gobierno central y la Junta de Andalucía es un magnífico acuerdo y las medidas son muy acertadas. Si tengo que hacer alguna crítica es que debería haberse definido mejor el alcance cronológico de la implementación de las medidas para que todos los potenciales beneficiarios supieran en qué momento se va a empezar a ejecutar la línea que les va a afectar de forma directa.— ¿Se refiere a la línea de ayudas para los agricultores?—La línea de los ayuntamientos parece que va algo más rápida pero la de los agricultores no tanto, siendo como es de extrema importancia porque lo que hay que intentar es diversificar el sector, transformarlo y mejorar el uso de los recursos hídricos y fertilizantes. Los agricultores me comentan que todo va muy lento pero desde el Ministerio de Transición Ecológica me trasladan que pronto estarán las primeras ayudas importantes. No obstante, lo fundamental es que se avance y que se hagan las cosas bien. Estamos hablando de mucho dinero y de muchos recursos públicos y por tanto, hay que hacerlo muy bien para que luego no haya ningún tipo de problema. Considero que una vez pasado este primer año, todo se debe acelerar más y los mecanismos estarán ya más engrasados. Otro aspecto que considero tremendamente positivo en el acuerdo es que hay autocrítica por parte de ambas administraciones. Tanto el Gobierno central como la Junta de Andalucía son conscientes de la importancia del plan.—¿Cuándo habrá resultados?—El plan de medidas incluidas en el Pacto por Doñana tiene un ámbito de aplicación hasta el año 2027. Se espera que para ese año o, incluso antes, se comiencen a ver los efectos en el Parque y que todos estos niveles preocupantes del acuífero desaparezcan o mejoren de manera sustancial.—El pleno del Consejo de Participación, el primero que usted ha presidido, ha aprobado las 300 medidas del Plan de Trabajo para 2025 por unanimidad. ¿Cuáles son las más importantes?—Tas la adquisición de la finca Veta la Palma por parte de la Junta de Andalucía, ahora lo que se va a hacer es mejorar la integración ecológica como que la guardería del Parque la incluya ya en su organigrama de vigilancia y control ; y proyectos para la conectividad ecológica ya que aquello era una finca privada y aislada del resto. La idea de ampliación recogida en el Plan de Trabajo va a precisamente por Veta la Palma.También es de suma importancia la restauración ecológica en Las Peñuelas tras el incendio forestal de 2017. Se ha intervenido en algunas zonas y se empiezan a ver los frutos, pero aún queda bastante superficie en la que hay que desarrollar la mejora ecológica. El plan de trabajo también incluye medidas para la recuperación de especies de mayor vulnerabilidad como el águila real, así como la mejora ecológica de las poblaciones del lince ibérico centrados en su hábitat.