Una empresa de Reino Unido está ultimando la edición de genética de cerdos destinados a la producción comercial de carne para hacerlos resistentes a un virus mortal. La compañía, llamada Genus , ha solicitado la aprobación de licencia comercial a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Si se aprueba, estos cerdos podrían convertirse en los primeros animales modificados genéticamente para el consumo masivo de carne. En EE.UU., la carne de cerdo es la tercera más consumida, después del pollo y la ternera. El consumo per cápita de carne de cerdo en este país es de 23.6 kilos al año, lo que supone casi una cuarta parte del consumo total de carne. Genus también busca la autorización en otros países que importan carne de cerdo estadounidense, incluidos entre ellos China, Colombia y México.La enfermedad en cuestión que se quiere erradicar se llama síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS, por sus siglas en inglés), también conocido como enfermedad del oído azul. Detectado por primera vez en EE.UU. en 1987, el virus no causa síntomas en algunos cerdos, pero puede provocar neumonía en lechones y fallos reproductivos en hembras adultas.Noticias relacionadas estandar Si Creador de bebés modificados genéticamente He Jiankui: «Podría empezar a erradicar el alzhéimer» Jaime Santirso | Corresponsal en Pekín estandar No Progeria de Hutchinson-Gilford Sammy, el joven que logró duplicar su esperanza de vida Nuria Ramírez de CastroAdemás, debilita el sistema inmunológico de los cerdos, haciéndolos más vulnerables a infecciones. Esta enfermedad cuesta a los productores estadounidenses más de 560 millones de dólares, unos 540 millones de euros, al año debido a los sacrificios obligados por los brotes.El virus suele causar un tono azulado en las orejas de los cerdos afectados, un cambio de color que ocurre debido a problemas de circulación sanguínea derivados de la enfermedad.Las vacunas no bastanAunque existen vacunas para el PRRS, su eficacia es limitada. Genus propone modificar el gen CD163 de los cerdos mediante una tecnología que permite eliminar la vulnerabilidad al virus. Los resultados preliminares han sido positivos, con una población inicial de cerdos resistentes al PRRS ya criada en sus instalaciones. Sin embargo, los permisos de venta aún no se han concedido, aunque se espera que esto ocurra a principios de este mismo año que acaba de comenzar.Según la empresa Genus, al reducir las pérdidas causadas por la enfermedad, los agricultores podrían mejorar la eficiencia y aumentar la producción sin depender de costosos tratamientos médicos. Sin embargo, la aplicación de esta tecnología no será instantánea. Genus estima que, una vez aprobada, llevará años criar una población suficientemente amplia de cerdos completamente resistentes al virus. Los agricultores tendrán que reproducir varias generaciones para lograr que tanto el esperma como los óvulos porten las modificaciones genéticas necesarias.Otro desafío importante es la cadena alimentaria internacional. Aunque EE.UU. parece estar dispuesto a aprobar la comercialización de esta carne, según medios especializados norteamericanos, los mercados internacionales como China, Colombia y México, principales importadores de carne de cerdo estadounidense, también deberán dar su aprobación. Esto podría retrasar significativamente la expansión de la tecnología a escala global.Preocupación ecologistaVarios grupos ecologistas critican que una población de cerdos más resistente podría llevar a una sobrepoblación en las granjas , agravando las condiciones de hacinamiento y fomentando la propagación de otras enfermedades. Argumentan esos ecologistas que la modificación genética podría perpetuar o incluso empeorar estas condiciones. Según Gene Baur, presidente del grupo Farm Sanctuary, «en lugar de desarrollar animales genéticamente modificados para soportar las crueles condiciones de la ganadería industrial, deberíamos centrarnos en mejorar el bienestar animal y las prácticas agrícolas».Los defensores de esta innovación responden que reducir el impacto de enfermedades como el PRRS podría aliviar el sufrimiento animal y disminuir la necesidad de tratamientos médicos invasivos. Desde un punto de vista medioambiental, también podría reducir el uso de recursos en la cría de cerdos al minimizar las pérdidas.Bananas resistentes Si tiene éxito y es aprobado, este cambio genético podría allanar el camino para otras innovaciones, como bananas resistentes al TR4 , una enfermedad que amenaza con extinguir variedades enteras de esta fruta. La tecnología empleada se llama CRISPR, una herramienta de edición genética que permite a los científicos modificar de forma precisa el ADN de cualquier organismo. CRISPR ha abierto un gran abanico de posibilidades en la biotecnología. Aunque inicialmente se utilizó en laboratorios de investigación, su aplicación en la cadena comercial alimentaria está comenzando a ganar peso.La FDA, la agencia que supervisa la aprobación de alimentos genéticamente modificados en EE.UU., ya lleva varios años evaluando los cerdos editados genéticamente de Genus. La agencia exige pruebas que demuestren que la modificación genética es segura, estable a lo largo de generaciones y efectiva para proporcionar inmunidad. Hasta ahora, los resultados parecen positivos, pero todavía quedan obstáculos antes de que la carne de cerdo genéticamente modificada llegue a las estanterías de los supermercados.El salmón transgénico que crece más rápido (detrás) nada junto a un salmón Atlántico de la misma edadEste desarrollo se produce en un momento de creciente interés por la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. A medida que la población mundial sigue creciendo, los avances tecnológicos en la agricultura y la ganadería serán esenciales para satisfacer la demanda de alimentos. La población mundial alcanzó aproximadamente 8.000 millones de personas a inicios de este 2025, con un aumento anual del 0.9%, equivalente a más de 71 millones de nuevos habitantes.Etiqueta identificativaEn EE.UU. ya se venden alimentos modificados genéticamente. Los más comunes incluyen productos derivados de cultivos como maíz, soja, aceite de canola y remolacha azucarera, que han sido modificados para resistir plagas, herbicidas o mejorar su rendimiento. También hay patatas, manzanas y papayas modificadas genéticamente para resistir enfermedades o reducir el deterioro.Desde 2022, la FDA exige que los alimentos que contienen ingredientes genéticamente modificados lleven una etiqueta clara que los identifique como tales, utilizando el término «ingeniería biológica». Esto permite a los consumidores identificar estos productos en supermercados y tiendas. En cuanto a animales modificados genéticamente, un caso destacado es el salmón AquAdvantage , aprobado en 2015, que crece más rápido que el salmón convencional. Sin embargo, la carne de otros animales modificados genéticamente, como los cerdos resistentes a enfermedades, es algo novedoso.¿Consumo seguro?La preocupación por los alimentos genéticamente modificados es generalizada a nivel mundial. Según una encuesta del prestigioso Pew Research Center realizada entre octubre de 2019 y marzo de 2020, aproximadamente la mitad de las personas en 20 países consideraban que estos alimentos no son seguros para el consumo.Pero a medida que el crecimiento de la población mundial aumenta la presión sobre el suministro global de alimentos, los países han tenido que plantearse el uso o la introducción de los alimentos modificados genéticamente. Sus defensores los ven como una posible solución para satisfacer las crecientes demandas de producción alimentaria. Por ejemplo, en 2020, el 94% de las plantaciones de soja en EE.UU. eran genéticamente modificadas. También el 92% del maíz plantado correspondía a variedades del mismo tipo. En ese mismo año, el 99.9% de las remolachas azucareras lo eran también.