Crítica de 'Wicked' (****): Música y magia en la Tierra del farsante Mago de Oz

2 meses atrás 17
¿A quién puede maravillar esta película? Pues seguramente que a nadie más que a aquellos a los que le gustan los cuentos, y los musicales, y los alardes cinematográficos y las historias llenas de creatividad e ingenio. Los propios Winnie Holzman y Stephen Schwartz, libretista y músico de la obra que ha tenido un éxito inenarrable en Broadway, han hecho el guion para su traslado a la pantalla y con mucho cuidado para no traicionarse a sí mismos, ni tampoco a las referencias e hilos que la unen tangencialmente a aquel clásico de L. Frank Baum, 'El mago de Oz', y a la película de Victor Fleming que protagonizó Judy Garland.Estamos ahí, en la Tierra de Oz, y cuando la Bruja Malvada del Oeste muere y deja felices y celebrándolo a todos sus habitantes. Es Glinda, la Bruja Buena del Norte, la que confirma que la malvada ha muerto y la que contará la historia que vamos a ver…, pero solo la primera parte, el primer acto de lo que es el musical, que dura más de dos horas y media aunque pase en un santiamén.La fantasía, la aventura y el componente musical son los principales atractivos de la película, junto a sus dos impresionantes protagonistas, Cynthia Erivo y Ariana Grande, las dos 'brujas', que se conocieron en sus días de estudiantes en la Universidad de Shiz, con una arquitectura y ambientación entre las Mil y Una Noches, el castillo de Disney y el Colegio Hogwarts de Harry Potter. El argumento narra con infinita gracia las características de ellas dos, por qué Elphaba (Erivo, la bruja 'mala') es verde, por qué su padre la desprecia y qué es lo que la hace tan especial en la trama; y Galinda (Ariana Grande) es una princesita rubia, cursi, maliciosa y la más popular del colegio; y narra también, entre sorpresas visuales, trifulcas y ajetreos emocionales, todo ese mundo inverosímil y fantasioso de Oz, aunque preñado de sentido social que le otorga una metafórica alusión a cualquier mundo, especialmente el nuestro y actual.La discriminación, el racismo, el respeto a los demás, la potencia femenina, la saludable convivencia con los animales, la absurda trivialidad ambiental, las invenciones y engaños para conservar como sea el poder…, en fin, en lo que se anda por aquí, con esa línea ya tan difusa entre lo que es bueno y lo que es perverso, son los asuntos que están alojados en el alma de este cuento para ojos infantiles y destellos para ojos adultos.Las coreografías, la música, las canciones, las interpretaciones y bailes que forman parte del desarrollo del argumento son una maravilla; incluso la variedad de momentos 'baúl de Barbie', que mezclan el feminismo rosado y los tonos apastelados con la furia verde del personaje de Elphaba, tienen gracia y atractivo. Las voces de Cynthia Erivo y de Ariana Grande, especialmente la de Erivo, que es un torrente, son un regalo extra para mantener la atención y el pulso en alguna zona central del argumento, del ritmo, que puede hacer su pizca de bola en la garganta. Y los personajes de aliño, aunque esenciales, que interpretan Jonathan Bailey, un príncipe engolado; Michelle Yeoh, Madame Morrible, la maestra en artes oscuros; Jeff Goldblum, el mago de la política y su gran y analizable frase que retumbará en cualquier oído fino: 'la mejor forma de unir a la gente es darle un buen enemigo', o ese exótico profesor cabra (con la voz de Peter Dinklage), alientan, completan y divierten el desarrollo de las tramas.Noticia Relacionada estandar No Tulipanes, baldosas amarillas y un vestuario icónico: así es la exposición de 'Wicked' en Madrid Lucía Cabanelas El Palacio de Santa Bárbara homenajea al fenómeno cultural con piezas originales de la película protagonizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande, que se estrena el 22 de noviembreY con esa historia, su música y sus intérpretes, el encargado de convertirla en una fascinante película es Jon M. Chu, director de algunos títulos que no resultaban muy prometedores, como 'G.I. Joe: la venganza' o 'Ahora me ves 2', pero que sí invitan, al menos a los ojos avispados, a considerar que es un profesional que se sabe desenvolver en la fantasía, en la prestidigitación visual, en darle vuelo a Broadway y en esos tamaños de superproducción en los que solo se meten los genios y los locos.
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