Pixar lleva ya varias décadas alumbrando, desde su propio logotipo (la lámpara en vez de la 'i'), el mundo de la animación con películas que esparcen sabiduría, felicidad y emoción, títulos como 'Toy Story', 'Walle-e' o 'Inside Out' (aquí titulada 'Del revés') forman parte del entramado sensible y emotivo de varias generaciones. Y sigue con la lámpara encendida. Esta segunda parte de 'Del revés' es (casi) tan maravillosa como la primera, sin aquel efecto-pasmo de máxima creatividad y genio con el que sorprendió al mundo en su estreno, pero igual de deslumbrante, ingeniosa, intuitiva y lúcida con la exposición de todos esos terminales internos que inducen y alteran el comportamiento del ser humano.Noticia Relacionada estandar Si 'Del revés 2', el taquillazo al que Pixar fía su futuro en plena crisis Lucía CabanelasYa conocíamos a la niña Riley desde su nacimiento y cómo se explicaba su desarrollo personal mediante la intervención de sus primeros sentimientos, Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco. Ahora, Riley entra en la adolescencia y a esos viejos sentimientos se le unen en el control de mando otros nuevos, pero muy potentes, como Ansiedad, Vergüenza, Aburrimiento, Envidia…, y de nuevo uno asiste con enorme sencillez a la mejor explicación posible de la complejidad psicológica que le invade a cualquier ser humano en esa época en la que viaja por esa pista escurridiza entre las cómodas vías de la infancia y las intrincadas de la vida adulta. No perder la alegría, controlar la ansiedad, cuidado con la envidia, atención a los miedos y las vergüenzas…, en fin, un manual lúcido y divertidísimo.En el funcionamiento emocional de la adolescente Riley adquiere mucha fuerza el sentimiento de la ansiedad, ese ¡lo quiero todo y ya! que la llena de dudas sobre ella misma, la amistad, el éxito en el deporte y la popularidad en el colegio. La lucha interna entre viejos y nuevos sentimientos arma argumentalmente la película y ofrece gran variedad de ideas y de momentos llenos de sentido y de humor…, y ver la evolución natural de Riley convierte a esta película en mucho más que en una secuela (ya ocurría con 'Toy Story'): es un observatorio necesario, un espejo mágico, un viaje de reconocimiento hacia el interior de nosotros mismos. Y por supuesto, es la película anterior a la que ya es imprescindible, 'Del revés 3'.No hay que detenerse mucho en los aspectos técnicos, pues son excepcionales: los dibujos, la espectacularidad, la aventura, el ritmo, la precisión de diálogos, ideas y metáforas, la calculada visualidad de los personajes, con la traza displicente y modernuqui de Aburrimiento o la del grandullón Vergüenza, y con la sutileza dramática con la que se combina el interior de Riley (las discusiones entre sus sentimientos) y el exterior, o sea su vida escolar y deportiva. El director es Kelsey Mann, o sea, que ya no es Peter Docter, aunque toda la película y todo Pixar huele a la personalidad de este tipo larguirucho y desgarbado (podría ser uno de sus propios dibujos) que tuvo que 'tapar' la gigantesca figura de John Lasseter cuando fue barrido por el 'MeToo'.