Así puede un agujero negro matar una galaxia... o resucitarla>

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Así, a primera vista, podría parecer que los enormes agujeros negros supermasivos suponen un gran peligro para las galaxias en cuyos centros residen. No en vano, esos 'monstruos oscuros' atraen primero con su fuerte gravedad y devoran después sin contemplaciones cualquier cosa que se les ponga a tiro, desde estrellas a planetas o gigantescas nubes de polvo y gas.Pero un hallazgo presentado durante la 244 reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Madison, recién publicado en 'The Astrophysical Journal' y llevado a cabo bajo la dirección de la astrónoma Catherine Grier, de la Universidad de Wisconsin, acaba de confirmar una vieja creencia: que los agujeros negros supermasivos también hacen posible el nacimiento de nuevas estrellas, algo que logran acelerando con sus poderosos 'vientos' de radiación el gas del interior de las galaxias, esto es, la materia prima para la formación estelar. Los agujeros negros supermasivos , por lo tanto, dan forma a las galaxias en las que habitan.Grier y sus colegas llegaron a esta conclusión tras comprobar cómo las explosiones de radiación de un agujero negro supermasivo en el centro de una lejana galaxia está 'empujando' cada vez más deprisa (a más de 16.000 km/h) una serie de grandes nubes de gas hacia sus estrellas vecinas. Un descubrimiento que, sin duda ilumina el modo en que lestos monstruos espaciales dan forma a sus galaxias a base de estimular, o de extinguir, su capacidad para fabricar nuevas estrellas.Noticia Relacionada estandar Si Mini agujeros negros 'exóticos', ¿una respuesta al misterio de la materia oscura? José Manuel Nieves Durante la primera quintillonésima de segundo tras el Big Bang, el Universo podría haber generado un nuevo tipo de agujeros negros microscópicosOcho años de observacionesLos investigadores captaron la aceleración del gas repasando años de datos de observaciones de un lejano cuásar, un tipo de agujero negro particularmente activo y turbulento, rodeado por un disco de materia sobreexcitada y brillante y que se encuentra a miles de millones de años luz de distancia, en la constelación de Bootes.«El material de ese disco -explica Grier- siempre cae en el agujero negro, y la fricción de esos tirones continuos calienta el disco, lo vuelve muy, muy caliente y muy, muy brillante. Estos cuásares son realmente luminosos y, debido a que hay un amplio rango de temperaturas desde el interior hasta las partes más alejadas del disco, su emisión cubre casi todo el espectro electromagnético».Es precisamente este brillo desmedido lo que hace visibles a los cuásares a casi 13.000 millones de años luz de distancia, cerca del momento del Big Bang, y el amplio rango de radiaciones que emiten los convierte en objetos especialmente útiles para los científicos que exploran el Universo primitivo.El nombre del cuásar en cuestión es SBS 1408+544, y para su artículo, los investigadores utilizaron los datos de más de ocho años de observaciones, recopiladas por un programa llevado a cabo por el Sloan Digital Sky Survey y que ahora se conoce como 'Black Hole Mapper Reverberation Mapping Project'.Con esos datos, Grier y su equipo rastrearon los vientos compuestos de carbono gaseoso detectando la luz del cuásar que faltaba, luz que estaba siendo absorbida por el gas. Pero en lugar de ser absorbida exactamente en el punto correcto del espectro que indicaría la presencia de carbono, la 'sombra' se iba alejando cada vez más de él con cada nueva observación.«Ese cambio -añade por su parte Robert Wheatley, coautor del estudio- nos dice que el gas se está moviendo cada vez más rápido. El viento se está acelerando porque está siendo empujado por la radiación que sale del disco de acreción del agujero negro».Primera observación confirmadaLos investigadores ya habían sugerido observaciones de 'vientos' similares antes, pero ninguna de ellas había podido ser respaldada por datos fidedignos. Pero los nuevos resultados provienen de cerca de 130 observaciones de SBS 1408+544 realizadas durante casi una década, lo que permitió al equipo estar totalmente seguros del aumento de velocidad detectado.Tras confirmar los datos, los investigadores pudieron reconstruir el funcionamiento del proceso. «'Si son lo suficientemente energéticos -dice Wheatley-, los vientos pueden viajar hasta la galaxia anfitriona, donde pueden tener un impacto significativo».Dependiendo de las circunstancias, en efecto, los vientos de un cuásar pueden suministrar la presión necesaria para comprimir las nubes de gas de la galaxia y acelerar el nacimiento de estrellas Aunque también podrían 'barrer' esas nubes, eliminando así el 'combustible' necesario para la formación estelar. En otras palabras, tienen en sus manos la muerte o la prosperidad de las galaxias en las que habitan.MÁS INFORMACIÓN noticia No Descubren, a solo 2.000 años luz de la Tierra, el mayor agujero negro estelar de la galaxia noticia No Hallan el agujero negro más cercano al Big Bang«Los agujeros negros supermasivos son grandes -concluye Grier-, pero en realidad son pequeños en comparación con sus galaxias. Pero eso no significa que ambos no puedan 'hablar' entre sí, y esta es una manera hacerlo que tendremos que tener en cuenta cuando modelemos los efectos que pueden provocar este tipo de agujeros negros».
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