Crítica de 'Alumbramiento' (**): Lugar y tiempo oscuros antes de dar a luz>

Hasta 1983 funcionaba en el barrio madrileño de Peña Grande un Centro de Maternidad en el que convivían madres solteras y cuyo funcionamiento, duro y vejatorio, convertía a las jóvenes residentes en una especie de reclusas desprovistas de casi todos sus derechos, incluido el de la propia maternidad. En este ambiente, Pau Teixidor elabora su historia: es el año 1982 y una madre acompaña a su hija embarazada hasta el Centro y la abandona allí, y su estancia durante el embarazo y su relación con las otras jóvenes recluidas es la sustancia de la trama. Tanto la protagonista, Sofía Milán , como sus compañeras de fatigas, son actrices prácticamente debutantes e intentan transmitir la enormidad de sus dramas, que combina la perplejidad de ser madre con los sentimientos de culpa, abandono, injusticia e indefensión. Aunque el guion de Lorena Iglesias y de Pau Teixidor no consigue saltar más allá de lo obvio de estos sentimientos, o al menos de ofrecerlos enriquecidos. Caso que sí vimos en 'La maternal', de Pilar Palomero, con más pegada emotiva.Sea por el guion o por el montaje, el argumento se desarrolla entre flecos y huecos, aunque fácilmente rellenables, pero que dejan un inapropiado oleaje en el fluir de una historia tan tremenda pero también tan sencilla. Sí se aprecia en la ambientación la sordidez de una moral y una época, que quizá sorprenda porque no es tan lejana: es fácil tener otra idea, otra luz y otros conceptos éticos de los años ochenta. Aunque Teixidor no carga las tintas, es decir, no profundiza en los dramas y descripciones, se sugiere un panorama de abusos sexuales, de robos de recién nacidos, de suicidios y de poder corrupto que convierten el lugar en una isla tan creíble como increíble. Recordemos, sólo como ejemplo de contraste, que en los años ochenta ya andaba Pedro Almodóvar haciendo películas en Madrid.Aunque 'Alumbramiento' quiera ser la descripción y denuncia de unos hechos repugnantes en un tiempo y lugar cercanos, la película tiene más fuerza como el resurgimiento de una mujer camino de la luz, del alumbramiento, y Sofía Milán se luce en ese trayecto.